Internet ha cambiado el concepto de acceso al conocimiento. Gracias al esfuerzo de la Administración se puede acceder vía web a un gran volumen de información pública que antes estaba confinado en los organismos, parcialmente accesible mediante publicaciones.
Sin embargo, en el ámbito del agua, se aprecia en los últimos años una inversión de la tendencia. Parte se puede explicar por los recortes en la asignación presupuestaria de los sistemas de gestión de la información, como es el caso del SIA, que se encuentra en estado estacionario, sin desarrollo y sin novedades.
También se aprecia una dificultad en la propia Administración para gestionar la información, que en gran parte se suministra por medio de informes o gráficos redactados ad hoc, alejados de los estándares de open data establecidos por W3C. Adoptar estos estándares requiere, en la mayoría de los casos, una curva de aprendizaje importante. Pero el mantenimiento y explotación se facilitaría enormemente. Con el añadido de permitir la colaboración desinteresada de terceras partes.
Finalmente, y especialmente grave, es la restricción del acceso a información “sensible” que pueda comprometer la imagen del gestor. A modo de ejemplo, se puede citar la dificultad para conocer sobre parámetros de explotación del Trasvase Tajo-Segura, como pueden ser el volumen que se lleva trasvasado en el año hidrológico, las aportaciones de entrada o los criterios que sigue la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura para determinar la situación de excepcionalidad hidrológica.