El Instituto Nacional de Estadística publicó en 2014 la «Encuesta sobre el uso del agua en el sector agrario. Serie 2000-2012». En la evolución según el tipo de captación (superficial, subterránea u otros tipos) se puede comprobar cómo entre 2004 y 2005 (inicio de periodo plurianual de sequía) se incrementa significativamente el uso de agua subterránea para riego, manteniéndose el consumo en los años posteriores a la sequía.
Como hipótesis que explique este comportamiento, puede plantearse que cuando se movilizan recursos extraordinarios para hacer frente a un periodo seco no se desmovilizan al terminarlo. Si estuviésemos en el inicio de otro periodo de sequía, es previsible que haya otro intento de aumentar el uso de las aguas subterráneas, incrementando la presión sobre los acuíferos y, a la par, el riesgo de sobreexplotación.