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Las mentiras del trasvase Tajo-Segura: la desconexión entre ingresos y agua trasvasada

Hay estudios realizados ad hoc y opiniones de profesionales de reconocido prestigio (¿independientes?) que pregonan la rentabilidad de la agricultura de las zonas regadas con aguas del Trasvase. En estos estudios de afirma alegremente que en los años de sequía en la cabecera del Tajo, años en que los trasvases se reducen significativamente, se producen cuantiosas pérdidas económicas y de empleos en la región. Sin embargo, ¿es achacable el descenso de ingresos a la merma de volúmenes trasvasados?. Esta idea de causa-efecto se repite machaconamente al modo goebbelsiano, con la pretensión de que pase por una verdad revelada. Incluso se le ponen números al descenso de ingresos ─de los que bien se esconde su procedencia─ para hacer valer los descarnados intereses crematísticos del Sindicato.

Un dato empírico es comparar el PIB del sector de la agricultura en la Región de Murcia con el volumen de agua para regadío recibido del trasvase entre los periodos 2000-2004 y 2005-2008 ─años hidrológicos, entiéndase desde octubre a septiembre─. Pues bien, entre esos dos periodos, con una reducción del 89% de los recursos trasvasados para riego, el PIB de la agricultura de Murcia apenas se redujo un 6%. Por tanto, no se puede aseverar que el Trasvase es imprescindible para garantizar la producción de la agricultura. Más bien se puede argumentar que el precio pagado por el agua del Trasvase lo hace preferible a otros posibles recursos.

El precio del agua del trasvase es clave para poder entender el funcionamiento del sistema. Se asume que se paga por ella el precio legalmente establecido. Pero el que la tarifa sea calculada conforme a la legislación (nacional) vigente no supone que sea «justa» o que cumpla con el principio de recuperación de costes. Este principio de recuperación de costes tiene dos vertientes; por una parte, la Directiva Marco del Agua lo contempla como una herramienta para conseguir el buen estado de las masas de agua, mientras que desde el punto de vista de la economía, la no recuperación de costes supone que se obtiene una desleal ventaja competitiva —o subvención encubierta— respecto a otros productores que han de contemplar otros recursos. Las tarifas del trasvase sólo contemplan la amortización proporcional al volumen trasvasado en lugar de la capacidad del acueducto, por lo que a efectos prácticos solamente se amortiza a largo plazo el 35% de la infraestructura. Por otra parte, aparcando a un lado dudas razonables ─alimentadas por la falta de transparencia en los cálculos de la tarifa─ sobre la metodología de imputación de la amortización y los costes de explotación y mantenimiento, no se contemplan afecciones ambientales, sociales ni económicas en la cuenca cedente, faltando el concepto del «coste del recurso». Además se da la circunstancia que los usuarios de los abastecimientos pagan más por el mismo agua, produciéndose una subvención cruzada entre usos. Información más completa sobre las subvenciones del agua trasvasada en la entrada «Las trece subvenciones encubiertas del Trasvase Tajo-Segura y un epílogo imposible».

Relación entre el volumen trasvasado para riegos y el PIB de la agricultura de Murcia

«Una reducción del 10% en el volumen de agua trasvasada se traduciría en una caída del 4,3% en la producción agrícola». Esta es la conclusión a la que se llega en el estudio «Impacto económico del trasvase Tajo-Segura» (Price Waterhouse-Cooper ─PwC─, por encargo del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura; 2013), tras un análisis «centrado en estimar la sensibilidad de la producción agrícola en la zona del trasvase ante cambios en el volumen de agua trasvasada a partir de datos históricos (…) aplicando técnicas econométricas a las series históricas analizadas».

Frente a esta consideración, en la siguiente figura se puede observar que la evolución del PIB no es similar a la de los volúmenes trasvasados para riegos. De hecho, en el periodo 2005-2008, años con bajísimos volúmenes de agua trasvasada, el PIB fue superior al del periodo 1998-2001, cuando se trasvasó el máximo de la serie histórica.

Evolución del PIB de la Agricultura, ganadería y pesca en Murcia por año hidrológico a partir de la serie del INE (base 2000) y volumen trasvasado para regadíos

Esta falta de asociación entre la productividad del sector agrícola y el valor de la producción se puede observar también en el capítulo octavo de la publicación «El regadío en la Región de Murcia. Caracterización y análisis mediante indicadores de gestión» (Mariano Soto García, Victoriano Martínez Álvarez, y Bernardo Martín Górriz; 2014; patrocinado por Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo‑Segura, Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena, Universidad Politécnica de Cartagena y Unión Europea ─Septimo Proyecto Marco─), donde se muestran varios indicadores de la zona regable del Campo de Cartagena. Se comparan los indicadores en dos años: 2008, representativo de un año «seco», y 2011, representativo de uno «normal». El descenso de la aportación de aguas superficiales en el año seco se compensó casi totalmente con aportaciones subterráneas, mientras que la productividad del agua fue significativamente superior (2,78 €/m³ del año seco frente a 1,87 €/m³ del año húmedo). Aplicando la diferencia de dotación por hectárea el resultado es que si bien la producción (en euros) en un año normal (2011) en esta zona regable fue un 46% superior a la de un año seco (2008), la rentabilidad del agua en el año seco arroja márgenes 1700% superiores a los del año normal.

Por tanto, el PIB de la agricultura de la Región de Murcia no está asociada al agua del trasvase. Sí que tiene afección las fluctuaciones de mercado, tanto en el valor de la producción final como en el margen o beneficio del productor.

CONCLUSIÓN

Resulta que nada tiene que ver el volumen de agua trasvasado a través del ATS con el rendimiento de la agricultura de Murcia. A pesar de que el Sindicato de Regantes el Acueducto Tajo-Segura (SCRATS) guarda un interesado silencio sobre la cuestión, se vislumbran varios factores explicativos:

  1. La variación en los precios de los mercados, independientes de que haya o no sequía en la cabecera del Tajo de donde arranca el Trasvase.
  2. Los recursos que no aporta el Trasvase en los años secos, podrían ser compensados con otros recursos, entre ellos y de forma destacada, la explotación (o sobreexplotación) de las aguas subterráneas que, en su caso, merecerían una intervención de oficio de la administración pública del agua.
  3. La posible existencia de mercados de agua encubiertos entre las aguas superficiales de la cuenca, los volúmenes trasvasados, las aguas subterráneas, las reutilizadas, las desalobradas, y las otras distintas figuras de «ingeniería contable» que se podrían aplicar a las distintas clases de recursos, que en caso de confirmarse requerirían la intervención de la administración.
  4. Los beneficios extra que se pueden obtener con la declaración de sequía: desde la exención por el Estado de los gastos fijos y variables de la tarifa del Trasvase, hasta el posible pago de los volúmenes adquiridos de los concesionarios de la cuenca del Tajo (mediante la figura de cesión de derechos), interponiendo para dicho pago empresas públicas de abastecimiento.
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