El WEI+ (acrónimo de Water Exploitation Index + ─Índice de explotación del agua +─) de una cuenca se calcula como el ratio entre el agua detraída dividida por el agua disponible. El CENEAM (Centro Nacional de Educación Ambiental, dependiente del MAPAMA) publicó en abril de 2016 una entrada en su web titulada «¿Hacemos los europeos un uso sostenible del agua?», en la que basándose en el WEI+ se alerta del incremento del estrés hídrico en Europa, en especial en el Mediterráneo. Ahora bien, sorprende que reduzca el estrés hídrico en España a la cuenca del Segura, cuando los propios gráficos que se dan desde la Agencia Europea de Medio Ambiente (European Environment Agency ─EEA─) muestran que el problema del estrés hídrico es general en varias cuencas españolas, con mayor gravedad que en otras cuencas europeas mediterráneas, como se puede apreciar en este gráfico del WEI+ en Europa para el verano de 2014 (capturado de la página de la EEA «Use of freshwater resources»):
En esta gráfica se observa como en Grecia e Italia se tienen valores del WEI+ más altos que en otros países de la Unión Europea, pero se aprecia como la situación de estrés hídrico en la Península Ibérica no se reduce a la cuenca del Segura, sino que en la mayoría de demarcaciones se tienen valores iguales o superiores a los de Grecia o Italia.
Este gráfico se refiere únicamente al verano de 2014. Para tener una mayor perspectiva, en la siguiente figura se muestra la parte correspondiente a la Península Ibérica e Islas Baleares para los veranos desde 2002 hasta 2014 (imágenes capturadas de la página de la EEA «Use of freshwater resources»):
La situación de estrés hídrico generalizado en la Península Ibérica no se da aisladamente en un año, sino que es continua. Además, se ha de advertir que estos gráficos dan el WEI+ global de la cuenca, que en caso de cuencas grandes enmascaran ciertos comportamientos. Por ejemplo, en el Tajo la mayor parte de las aportaciones se tienen en su parte occidental (principalmente desde Gredos), mientras que los grandes consumos se concentran aguas arriba de Talavera de la Reina; ¿cuál será el WEI+ de la parte oriental de la cuenca del Tajo? Por su parte el Ebro presenta una gran asimetría de caudales entre los afluentes de su margen derecha (provenientes del Sistema Ibérico) y su margen izquierda (proveniente de los Pirineos, más caudalosos). Igualmente, el Duero recibe sus principales aportaciones de los afluentes que nacen en la Cordillera Cantábrica.
Sin embargo, esta situación de estrés hídrico es vista como un mejor aprovechamiento de los recursos gracias a las infraestructuras de regulación y transporte de agua. Es cierto que gracias a estas infraestructuras se pueden atender los usos pero, ¿cómo quedan los ríos? A esta pregunta tendrían que haber dado respuesta los planes hidrológicos de cuenca redactados al amparo de la Directiva Marco del Agua. Desde el punto de vista cuantitativo se aplica el concepto de «caudal ecológico», que lejos de ser una salvaguarda de protección del río se han concebido como el límite para poder incrementar la explotación de los recursos, de forma que en muchos casos no se contemplan como el mínimo que se ha de respetar para preservar el ecosistema del río, sino como que todo caudal superior a este mínimo es desperdiciar agua (véase las entradas «Caudales ecológicos como ardid publicitario» y «Reflexiones sobre el cálculo e implantación de los caudales ecológicos»). Con esta concepción, el resultado lógico es el incremento del WEI; es decir, aumento del estrés hídrico.
Así, en lugar de intentar reducir el estrés hídrico de nuestras cuencas, la línea de actuación de la Administración del agua es aumentarlo para «mejorar los usos productivos». Además, intentándolo hacer pasar como un Pacto Nacional del Agua, se están planteando nuevas opciones de trasvases para llevar agua al Segura. A alguno de estos posibles trasvases se los llama «redotación de la cabecera del Tajo», término con el que se reconoce que la cabecera del Tajo se encuentra actualmente sobrexplotada. Pero la solución no pasa por reducir la presión sobre la cabecera, sino aumentarla sobre otras cuencas para llevar agua a los regadíos del Sureste. Pero como se ve en los gráficos del WEI+, las alternativas que se están barajando ─Duero, Ebro y Tajo en su tramo medio─ son cuencas que ya tienen un alto estrés hídrico.
Para aclarar más la situación, se reproduce a continuación una figura de la entrada «Inviabilidad de grandes trasvases peninsulares»:
Como se puede apreciar en esta figura, y se indica también en la entrada referida, las opciones de trasvase que se contemplan son desde zonas de la España seca, que ya se encuentran sometidas a estrés hídrico. La experiencia del trasvase Tajo-Segura está demostrando como la extracción excesiva de agua deteriora gravemente las condiciones sociales, económicas y ambientales de la cuenca cedente. Pero esto es ignorado adrede por el MAPAMA y sólo reconoce el estrés hídrico en el Segura mientras maquina formas de destrozar otras cuencas para calmar al lobby de regantes. Nada de adaptar los usos del Segura a las disponibilidades del recurso. Sólo se plantean alternativas de trasvases para incrementarlo, que de antemano están condenadas a un fracaso similar al que está siendo el trasvase Tajo-Segura.