El engaño del abastecimiento en el Trasvase
«La situación actual en el tema del agua para abastecimiento es complicada, pues la cabecera del Tajo está en unas circunstancias delicadas». El presidente de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, Adolfo Gallardo, hizo estas declaraciones tras la reunión que mantuvo ayer con la consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Adela Martínez-Cachá, para hacer un repaso de la situación hídrica actual y concretamente del estado de los embalses de la cabecera del Tajo.
Gallardo indicó que, al igual que el regadío del Sureste, el abastecimiento depende del Trasvase Tajo-Segura, y «si no llueve en estos dos próximos meses, en verano podemos alcanzar el nivel cuatro, y eso significa trasvases 0», tanto para regar como para beber.
El presidente de la Mancomunidad, sin embargo, puntualizó que «no pasa por mi cabeza que pueda haber restricciones en el abastecimiento, por muchas dificultades que podamos tener».
Y aunque espera que no se traduzca en cortes en el abastecimiento, están preparados para buscar recursos adicionales extraordinarios. «Por supuesto de nuestras desaladoras: Las dos que tenemos en San Pedro del Pinatar y las dos de Alicante, y al mismo tiempo comprando a otros usuarios recursos que tengan excedentarios», explicó. (…)
(Texto extraído de la noticia «“Si no llueve en el Tajo se complica el abastecimiento”» ─de Pilar Benito en La Opinión de Murcia; 31/3/2017─).
¿Es realmente el abastecimiento el uso prioritario en la cuenca del Segura? ¿Está justificado este alarmismo por parte del presidente de un organismo público? Un aspecto a destacar es que las reservas existentes en la cuenca del Segura son mayores (casi el doble) que el consumo anual de la Mancomunidad de Canales del Taibilla (MCT).
La figura del consumo de la MCT está tomada de la última memoria publicada (del año 2013) en su página web en el momento de redacción de estas líneas, lo que es otro ejemplo del concepto de transparencia del MAPAMA consistente en limitar la información pública. No obstante, a pesar de que falten los últimos años, en esta figura se aprecia claramente que sólo la parte coloreada en azul de las columnas se atiende con recursos embalsados en la cuenca del Segura, captados únicamente de su afluente el río Taibilla. El resto de los recursos embalsados ─la práctica totalidad de las existencias de la cuenca─ son para el regadío, y así está consignado en las asignaciones del plan hidrológico del Segura.
Las sequías de los años 80 y 90 del siglo XX pusieron en evidencia la fragilidad del sistema, con cortes de suministro incluidos. Pero lejos de tomarlo como un aviso y gestionar el sistema de manera racional, se impusieron en 1997 unas reglas de explotación mal dimensionadas (en la práctica, la auténtica definición de excedentes) que impidieron la adecuada recuperación y mantenimiento de Entrepeñas y Buendía y provocaron que la sequía de 2004-2009 se afrontara con niveles bajos de existencias. No obstante, en este periodo no hubo cortes de suministro en la MCT porque fueron entrando en funcionamiento sus plantas desaladoras (2 en Alicante y otras dos en San Pedro de Pinatar).
Es irracional que en un sistema del que dependan usos del abastecimiento se gestione al capricho de un lobby de regantes. El nivel 3 de las reglas de explotación, situación hidrológica excepcional, se definió supuestamente para garantizar los usos de los abastecimientos de la MCT, pero lo vivido en la sequía 2004-2009 demostraron que eran insuficientes y hubo que acelerar y movilizar rápidamente los recursos de la desalación para suplir los fallos del Trasvase. En lugar de reflexionar sobre el problema y replantearse un incremento del margen de seguridad (volumen entre el umbral de no trasvase y la curva de excepcionalidad hidrológica), tras el memorándum esta franja se reduce un 14% de media, a la vez que se disminuye el trasvase destinado a los abastecimientos (tanto en prioridad como en cantidad) para favorecer a los regantes. Además, se desprecia la opción de gestionar los embalses en niveles altos, pues esto significaría «entregar a la atmósfera mediante la evaporación» volúmenes de agua (página 117 del documento «El sistema de cabecera del Tajo y el Trasvase Tajo-Segura» ─Francisco Cabezas, diciembre de 2013─).
Afortunadamente, la garantía del abastecimiento de la MCT no la da el trasvase Tajo-Segura sino la capacidad de desalación. Según consta en un documento de la MCT de 2012 (de nuevo, se pone en evidencia la falta de información actualizada), cuenta con 93 hm³ de capacidad en sus plantas (dos en San Pedro de Pinatar y dos en Alicante) y otros 70 en plantas de Acuamed, a los que habría que añadir la planta de Escombreras. Ahora bien, para comprender cómo contempla la MCT la desalación, se copia a continuación un fragmento de su memoria de 2013:
DESALACIÓN
Como consecuencia del buen comportamiento meteorológico e hidrológico dentro del ámbito de actuación de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla y la existencia de recursos más económicos que la desalación, la actividad durante el año 2013 se ha limitado a tratar la producción necesaria para garantizar el correcto mantenimiento de las instalaciones.
Esta abundancia de otros recursos, unida al continuo descenso que viene experimentando el consumo, ha tenido como consecuencia que se limite por primera vez la producción de las plantas en concesión, que también se ha ajustado a producciones de mantenimiento.
Para optimizar los costes de producción atendiendo a las necesidades previstas, en las plantas 2 se procedió a reducir la potencia contratada al cumplir un año del anterior cambio, como marca la normativa vigente. Así, en el mes de julio, la potencia en los cinco primeros períodos (los más caros) se redujo en casi a un tercio de la nominal, manteniendo toda la potencia contratada para el período P6 (noches y fines de semana). Esta medida supone actualmente un ahorro en los costes fijos de potencia de más de 110 000 €/mes entre las dos plantas.
También cabe destacar la constante labor dedicada a reducir el consumo energético para producir el agua desalada y la optimización de los costes de producción atendiendo a las necesidades previstas.
(Texto copiado de la página 35 de la memoria «Gestión del servicio 2013» de la Mancomunidad de Canales del Taibilla)
Obsérvese que en 2013 se reduce la desalación al mínimo operacional únicamente para reducir el coste, pero no se hace ninguna referencia a cómo afecta esta decisión a las reservas de Entrepeñas y Buendía, que veían como bajaban sus reservas mientras estaban paradas las plantas de desalación de la MCT. Se trata por tanto de un criterio puramente economicista a corto plazo para un uso concreto. Aunque no nos engañemos, si la MCT hubiera puesto en marcha sus plantas no se hubiera reducido la sobreexplotación de la cabecera del Tajo, pues se habría mantenido el mismo trasvase aprobado y el SCRATS se hubiera llevado mayor tajada.
Actualmente la MCT puede atender sus demandas sin necesidad de contar con aportaciones del trasvase Tajo-Segura. Esta es una realidad conocida tanto por la Administración como por el SCRATS, que explica el recorte al volumen trasvasado dedicado al abastecimiento tras la reforma legal posterior al Memorándum y la despreocupación actual por lo que parece inevitable, la entrada en nivel 4 de Entrepeñas y Buendía. Las decisiones de trasvase de los últimos meses no se han limitado al mínimo para abastecimiento sino que han sido el máximo posible, lo que significa que el SCRATS se lleva unos volúmenes a costa de adelantar la entrada en nivel 4; es decir, una forma encubierta de dar agua a los regantes a costa del abastecimiento.
Entonces, ¿por qué no se desliga a la MCT del Trasvase y se queda el SCRATS con todo el pastel? Entendemos que por dos motivos: para buscar una impostada legitimidad al Trasvase y para que los abastecimientos subvencionen a los regantes. Aunque no será extraño que el porcentaje del trasvase que se destine a los abastecimientos se reduzca para aumentar el de regadíos, posiblemente dentro del Pacto Nacional del Agua.
Desde el comienzo del Trasvase, la dependencia de los abastecimientos del Sureste del trasvase Tajo-Segura es un engaño. Cuando se incluyeron durante la redacción del anteproyecto del Trasvase, además de la fingida legitimidad y de la subvención cruzada y encubierta del abastecimiento al regadío, los recursos embalsados en el Segura ─salvo los del Taibilla─ se destinaron a regadío. Así, afirmaciones del tipo que gracias al trasvase Tajo-Segura tienen agua para beber en Murcia, Alicante y Almería son falsas, pues tienen recursos propios suficientes para atender el abastecimiento, máxime ahora con la desalación.
Paradójicamente, que los abastecimientos de la MCT se encuentren garantizados con independencia del Trasvase está suponiendo una mayor presión para la cabecera del Tajo. En las sequías de décadas anteriores, las decisiones de trasvase tomadas por el Consejo de Ministros en nivel 3 eran cautelosas y se destinaban en su mayoría al abastecimiento, intentando evitar que se llegara al nivel 4. Pero con la gestión actual lo que se busca es dar el máximo de agua posible a los regantes antes de que se llegue al nivel 4, sin tomar medidas para intentar evitarlo.
En definitiva, no hay motivo para el alarmismo sobre los abastecimientos de la MCT. Cierto es que en la cuenca del Segura se prioriza el regadío frente al abastecimiento, pero la capacidad de desalación disponible es la que da la garantía. La única amenaza es la presión del SCRATS por acaparar más recursos, incluso de la desalación denostada. Pero eso no nos libra de declaraciones como las del presidente de la MCT y hemos de prepararnos para su repetición en los próximos meses. Presumirán de que no se producirán cortes de suministro a pesar de una grave sequía, cuando realmente la situación de bajos niveles en la cabecera del Tajo está causada por la mala gestión (no por la pertinaz sequía) y el abastecimiento se realizará gracias a las desaladoras no hace mucho denostadas.