El blindaje de un Trasvase en crisis
«El blindaje del trasvase Tajo-Segura, la redotación de la cabecera del Tajo, un banco público del agua (que regule la cesión de derechos), la interconexión de desalinizadoras y un precio social para su producto, así como un pacto nacional del agua» son los principios que guiarán la actuación en materia de aguas del nuevo presidente de la Región de Murcia (La Verdad, 28/4/2017). Es decir, continuar con lo mismo. Aunque, ¿no se había quedado blindado el trasvase Tajo-Segura en 2013, vía Memorándum? ¿O en 2010 al parar la reforma del Estatuto de Castilla-La Mancha? ¿O en 2001, con el Plan Hidrológico Nacional? ¿O en 1998 declarando excedentaria toda el agua en Entrepeñas y Buendía por encima de 240 hm³? ¿Cuántas capas de blindaje necesita?
¿Por qué hay que plantear la redotación de la cabecera del Tajo? Porque no tiene agua. La gestión insostenible del trasvase Tajo-Segura intenta sacar más agua de la que tiene la cabecera del Tajo, lo que obliga a que Entrepeñas y Buendía se encuentren permanentemente en niveles bajos de llenado. Lo sufren los ribereños y el resto del Tajo. Pero eso no preocupa. Lo que se plantea es buscar otros lugares (cabeceras del Duero y del Ebro) para hacer trasvases adicionales que conecten con el trasvase Tajo-Segura.
En este contexto se plantea una «Innovación legislativa para mitigar la escasez hídrica» (La Verdad, 26/4/2017), en el que se hace eco de un «novedoso proyecto» de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT). Desconocemos el contenido del proyecto, pero lo que se trasluce de la noticia es que la solución es la creación de un mercado de cesión de derechos a nivel nacional en el que los regantes murcianos puedan comprar agua a toda España; aunque para hacerlo factible es necesaria la existencia de más trasvases. Por tanto, la innovación consiste en que entre todos llenemos a España de trasvases al sureste para que unos pocos puedan hacer negocios con el agua. El fin, favorecer un mercado de cesión de derechos, que además de ser éticamente reprobable (aunque se le intente vestir con términos amigables, no deja de ser una actividad especulativa entre particulares sobre un bien demanial), en la práctica no funciona; ni con regantes de la cuenca del Segura ni con regantes de la cuenca del Tajo («Las compras de caudales serán mínimas este año»; La Verdad, 26/4/2017) a pesar de los apaños del Memorándum.
«El Trasvase atraviesa una crisis que no tiene precedentes» es el titular de la entrevista a Francisco Cabezas publicada en La Verdad el 30/4/2017. Es una entrevista que no tiene desperdicio. Comenta, como intento de justificar la situación actual, que «en los últimos tiempos estamos en una media de 400 a 500» hm³ de aportaciones medias en Entrepeñas y Buendía, ¡cuando la media de aportaciones de cinco años consecutivos en Entrepeñas y Buendía siempre ha sido superior a los 500 hm³! (por ejemplo, en el periodo 0ct 2011-Sep 2016 han sido de 632 hm³). Una vez más, se intenta hacer pasar como sequía lo que es una sobrexplotación.
También afirma Francisco Cabezas en la entrevista: «En los estudios del Memorándum se comprobó que por término medio cabía esperar un trasvase para el regadío del orden de la mitad del previsto. Es decir, de 400 a 200. Esto ofrece una idea de la papeleta y del grave problema que tiene el Sureste». Habla de pataleta de regantes, problema del Sureste … pero nunca de la situación del Tajo ni de sus ribereños. Además, los números que da son significativos del engaño del Memorándum y de las reglas de explotación (¿por qué no se expresó así en las entrevistas que dio mientras se trabaja el Memorándum?). Si para el regadío había 200 hm³, por el reparto que se hace en el Memorándum del Trasvase (25% para abastecimiento y 75% para regadío), unido a unas pérdidas estimadas del 10%, significa que le volumen trasvasado medio que esperaban era inferior a 300 hm³/año. Pero las reglas de explotación contemplan para el nivel 2 (el más bajo por encima de la «situación hidrológica excepcional») un trasvase de 456 hm³/año (38 hm³/mes x 12 meses). Si en situaciones de «presunta normalidad» se saca del sistema más de la media esperada (en este caso, se pretendía superar esta media en más de un 50%) es que se contemplaba también estar en situación de «sequía inesperada» gran parte del tiempo. El Memorándum se perpetró siendo sus autores conscientes de que el sistema no funcionaría, y que se estaría en situaciones excepcionales con frecuencia. Con el Memorándum se buscó (y consiguió) el engaño, no la gestión sostenible.
No es que el Trasvase atraviese una crisis que no tiene precedentes, es que no funciona. Es un fracaso estrepitoso que no se quiere reconocer. Para intentar tapar agujeros, se incrementa la sobreexplotación del recurso hídrico en todos los sentidos. Así, los acuíferos del Segura están en una situación lamentable. Esta situación se advierte en la noticia «Acuíferos sobreexplotados: el grifo se cierra en diez años» (La Opinión de Murcia, 30/4/2017). Pero a diferencia de lo que a entender la noticia (a partir de 2027 se cerrarán todos los acuíferos sobrexplotados), parece que la Administración no contempla el cierre de esos acuíferos, sino prorrogar la provisionalidad y la excepcionalidad sine die, sin reducir la presión. El caso de los pozos del Campo de Cartagena es un ejemplo; tras su cierre abrupto, a la desesperada, por la afección al Mar Menor, las Administraciones están buscando las formas de reabrir los pozos evitando los vertidos de las salmueras al Mar Menor, pero sin preocuparse por mejorar el estado del acuífero (recuérdese que en varios puntos presenta concentraciones de nitratos superiores a los 300 mg/l, cuando el máximo admisible es 50 mg/l).
Son varias noticias aparecidas en pocos días relacionadas con el mismo tema: la sobrexplotación del recurso hídrico para el regadío del Sureste. La causa de fondo es que el trasvase Tajo-Segura, a pesar de blindajes y Memorándums, no tira. Con el Tajo ya destrozado se están buscando otras cuencas para sacarlas el agua. Aun así, presumen de gestión, como figura en la noticia del «proyecto innovador» de la UPCT: «Todas las medidas orientadas a compensar el déficit hídrico de la Cuenca del Segura son un referente para otras regiones o estados que abordan problemas similares de escasez o que, debido a los efectos del cambio climático en los recursos hídricos, los abordarán en el futuro». Sí, la gestión del agua en el Segura (y el Trasvase) es un referente, pero no de buena gestión, sino para aprender de los daños que causa la sobrexplotación intensiva del recurso.