El comodín de la desalación. Eso es lo que está jugando el MAPAMA, con dinero público, para intentar tapar los agujeros de su mala gestión. Así se pone de manifiesto en su nota de prensa «Producción récord de las plantas desaladoras de la sociedad estatal Acuamed en la cuenca del Segura», en la que se insiste en el uso de la desalación para «para paliar los efectos de la sequía incrementando la disponibilidad de agua en la cuenca». Además, saca pecho del gasto del dinero de todos para subvencionar el negocio del lobby de regantes del trasvase Tajo-Segura. Cuando varias obras de urgencia son actuaciones que había parado en años anteriores, en los que se defendía que la desalación era una carga recibida en herencia.
¿Qué ocurrirá con la desalación cuando acabe la sequía? Por lo que se puede desprender de la escasa y sesgada información que se facilita, posiblemente vuelvan a estar paradas. A pesar de las urgencias actuales por terminarlas, completarlas, conectarlas, etc., no hay ningún compromiso de utilización a largo plazo con los usuarios. Lo que significa que cuando se pueda volver a abusar del Tajo, se hará. Y se olvidará la desalación, e incluso se la continuará criticando.
La desalación es un proceso industrial. Respecto a los recursos convencionales, tiene como gran ventaja que, cerca de la costa, se puede disponer de la cantidad de agua deseada con independencia de la abundancia o escasez de precipitaciones. Y como principal problema, además de la inversión en instalaciones y equipos, el gasto energético y su coste asociado. Como todo proceso industrial, el óptimo se consigue con un dimensionamiento de las instalaciones ajustado y una producción estable, continua y cerca del máximo. Es decir, lo contrario al uso espasmódico que hace el MAPAMA de la desalación: años con las desaladoras paradas, otros al máximo con gastos extras, luego se volverán a parar, etc.
La nota de prensa del MAPAMA pone de manifiesto que no se entera del problema. Y también que su objetivo no es hacer una buena gestión del agua, sino que su cometido es contentar a los regantes, evitando tractoradas y otros chantajes. Saca a relucir la sequía como escusa, cuando realmente a la situación actual se ha llegado por una falta de previsión, que además ha sido consciente (el proceso del Memorándum es un claro ejemplo). En España, la sequía y las inundaciones no son fenómenos inesperados; aunque no sepamos determinar con precisión cuándo se van a producir, lo que si tenemos seguro es que llegarán. Pero si en situaciones de normalidad hidrológica se sobeexplotan los recursos, como se ha estado haciendo de acuerdo con la planificación hidrológica realizada por el MAPAMA, cuando llegan los periodos secos el recurso está agotado. Es el resultado de la gestión insostenible alentada por el MAPAMA.
En resumen, al presumir el MAPAMA de récord de desalación, con exceso de subvenciones y de la forma que lo está haciendo, está presumiendo de inutilidad e inoperancia. Con ausencia de planteamiento de cara al futuro. Es un costoso parche para tapar su pésima gestión. Pero nadie protesta. Parece que la sequía justifica el «todo vale».