El MAPAMA basa su política de gestión del agua en el engaño, tratados algunos en entradas anteriores de acuademia.com. A continuación se muestra otro ejemplo, basado en una figura del borrador del Plan especial de sequías (PES) del Tajo (21/12/2017), en consulta pública en el momento de redacción de estas líneas. Este gráfico refleja cómo la propia Administración tiene una modelística realizada de la que se puede sacar fácilmente la conclusión de que la gestión del trasvase Tajo-Segura condena a una situación de escasez habitual a la cabecera del Tajo, a la vez que provoca situaciones recurrentes de escasez. Pero conocer la realidad y hacer una gestión sostenible no es el objetivo del MAPAMA.
Como se indica en el borrador del PES del Tajo, se trata del resultado de un modelo realizado por la propia Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT). Lo primero a destacar es lo que se considera relevante del mismo: el cálculo del agua que se puede trasvasar. Pero no se dice nada de la situación en la que quedan los embalses, ni la evolución de niveles estimada en los mismos, pareja a la confección de esta figura. Para la CHT la situación en la que se encuentra el Tajo no es relevante, sólo se centra en lo que se puede trasvasar. Se ha de advertir que este cálculo lo han realizado considerando un desembalse de referencia de 365 hm³/año para el Tajo; es decir, sin considerar desembalses adicionales para atender la toma del Canal de Isabel II a la altura de Colmenar de Oreja (hasta 60 hm³/año) ni desembalses adicionales para atender usos aguas abajo de Aranjuez, cuando en los últimos veranos se han producido. Así, la hipótesis de cálculo refleja un escenario en el que no se contemplan todas las necesidades del Tajo.
En lo que es el análisis propio de la gráfica, se aprecia una alta variabilidad de los volúmenes a trasvasar, que dependen de la aplicación estricta de las reglas de explotación. Eso significa que los volúmenes embalsados en Entrepeñas y Buendía van a cruzar con frecuencia los límites de los niveles establecidos en las reglas, favoreciendo el caos y la aparición de conflictos. Dentro de estas variaciones, se puede apreciar que de los 31 años simulados, sólamente en 10 se superarían los 450 hm³/año de trasvase. Recordemos que en la definición de las reglas de explotación, un año entero trasvasándose a nivel 2 supone un volumen de 456 hm³/año (38 hm³/mes x 12 meses). Esto significa que en 21 años, el 68% de los años simulados, se estaría al menos un mes por debajo de la curva de excepcionalidad hidrológica, en situación de nivel 3 y/o 4. O lo que es lo mismo, que en el 68% de los años, Entrepeñas y Buendía se encontrarían por debajo del 30% de su capacidad.
También se aprecia como en 9 años (29% de los simulados) se trasvasaría menos de 240 hm³/año, que es el máximo volumen que se trasvasaría en un año en nivel 3 (20 hm³/mes x 12 meses). Esto significa que al menos en el 29% de los años se estaría un mes o más en Entrepeñas y Buendía por debajo de los 400 hm³, menos del 17% de llenado. Incluso durante un año completo se estaría por debajo de los 400 hm³.
Estas consideraciones están basadas en una gráfica del borrador del PES del Tajo. Reflejan un escenario caótico para la cabecera del Tajo. Que la situación actual es una consecuencia lógica de la gestión realizada, que era previsible y no será extraña en el futuro. Sin embargo, los autores del documento, que disponen además de todo el resultado del modelo, no parecen interesados en estos aspectos. ¿Para qué sirve un PES que no se preocupa de la situación de la cuenca, de la situación en la que queda el Tajo y su cabecera?
El MAPAMA tenía prevista la situación actual, con una alta probabilidad de recurrencia en el futuro. Pero en vez de asumir la realidad y plantear una gestión sostenible se dedica a la manipulación y al engaño. A vender como una «sequía sin precedentes» una situación consecuencia de su inoperancia y prepotencia. La gestión derivada del Memorándum no funciona, pero lo ponen como ejemplo para el pacto nacional del agua.