El refranero popular nos dice que «una imagen vale más que mil palabras». Esto es aplicable a la siguiente figura, copiada del borrador del Plan especial de sequías (PES) del Tajo (21/12/2017):
¿Dónde está la cabecera del Tajo? Simplemente no aparece. En su lugar queda un hueco, vacío. Como en la pared de un museo cuando roban un cuadro valioso, o en nuestro interior cuando perdemos o nos hurtan algo querido. Así se queda la cuenca del Tajo, triste y desolada porque la han quitado parte de su ser.
En el párrafo siguiente a la figura ya ni siquiera se la llama «cabecera del Tajo», sino «Trasvase Acueducto Tajo-Segura» (entendemos que hay una errata en el inicio del párrafo, que debería empezar «En la figura anterior no se refleja …»). Además se aclara que se rige por reglas de explotación ajenas a la cuenca del Tajo para atender demandas externas.
¿Qué ha sido de la gestión por cuencas hidrográficas? ¿De la unidad de cuenca? son principios en los que se basa nuestra legislación de aguas y la Directiva Marco del Agua, pero que despóticamente se vulneran con la gestión del trasvase Tajo-Segura. Como su «trascendencia está fuera de toda duda» (en terminología del Tribunal Constitucional), parece que en el nombre del Trasvase puede realizarse todo tipo de tropelías y excepciones a la legislación, para gloria y beneficio del lobby trasvasista. En este sentido, es de agradecer la claridad de esta figura del borrador del PES. Lástima que tenga efectos perniciosos sobre la cuenca del Tajo, con reflejo en el propio borrador del PES, cuyo análisis iniciamos en «Otro ejemplo de los engaños del MAPAMA con el Trasvase y la sequía» y continuaremos en otras entradas.