Comentario sobre las desigualdades de la riqueza
(Entrada revisada y ampliada por su autora el 8/3/2018, incluido cambio de título)
También he leído yo el Piketty esencial, que cita don Gregorio Villegas en su entrada de tan laborioso título: Reflexiones políticas sobre la izquierda, la desigualdad, la planificación y otras entelequias, que nos ha ido dando a conocer en cinco entregas, como si de un folletín romántico se tratase. Aparte de lo desordenadas que me han parecido sus reflexiones, hay un aspecto sobre la desigualdad que no sé por qué nos ha ocultado y que expongo a continuación.
Se trata de la distribución de riqueza, entendiendo por tal, la suma de los activos en manos privadas; es decir, todo aquello que poseen los ciudadanos susceptible de transacciones (bienes inmobiliarios y terrenos, participación en empresas, activos financieros, etc.). Pues bien, el 10% de los que poseen más bienes acaparan entre el 60-70% del total en Europa y EEUU, con no mucha diferencia, aunque mayor en EEUU. En los dos casos creciendo el acaparamiento desde 1970.
Si nos fijásemos en el 1% de los que mayor riqueza poseen (o acaparan), la proporción sería del 25-35% del total, también mayor en EEUU y en los dos casos también creciendo desde 1970.
Y también da la casualidad de que en 1910 se alcanzó la máxima concentración de la riqueza: 80-90% del total en manos del 10% más rico y 45-60% del total en manos del 1% más rico. O sea, que cualquier tiempo pasado no fue mejor, y que el esfuerzo institucional para mejorar el reparto desde 1950 se acabó en 1970 y, desde entonces, volvemos a las andadas cabalgando sobre el neoliberalismo.
¿Qué conclusiones se extraen de estos datos? Pues que desde 1970 tendemos a una sociedad con predominio de las herencias sobre el trabajo, que es tanto como decir de los muertos sobre los vivos. ¿Ya no vale la meritocracia y el esfuerzo? La sociedad nos da la respuesta a esta pregunta: los jóvenes están pasando de estudiar carreras científico-técnicas, relacionadas con la economía real, a estudios económicos, de dirección de empresas, de consultorías, de bufetes de abogados, de gestión de fondos de inversión, que están enfocadas hacia el sistema financiero-especulativo. Es decir, la mayor fuente para ganar dinero es…tener dinero. ¿Es éste el mundo hacia el que estamos dirigiendo a las nuevas generaciones? Me parece que don Gregorio se ha quedado muy corto en sus reflexiones sobre el futuro si se continúa con el sesgo neoliberal-conservador. A los grillos, indignados, neonazis, antisistemas, separatistas, brexitianos, lepenistas, confluentes, berlusconianos, trumpianos, etc., se les está dotando de justificación.