Continuando con la entrada “En 2017, «en una de las peores sequías», se incrementó la superficie de regadío“, veamos cómo ha sido la evolución de la superficie destinada al regadío en la Región de Murcia, a partir de lo indicado en la página 36 del documento «Análisis de los Regadíos Españoles Año 2017. Fuente: Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (ESYRCE)»:
La evolución no es uniforme, alternándose años con crecimiento y decrecimiento, pero la tendencia es ascendente. Entre 2012 y 2017 hay un crecimiento similar al total nacional, indicado en la entrada antes referida. En el total del periodo de 10 años, 2007-2017, creció el 12%.
Cierto es que se trata de datos de una encuesta, que puede tener sus desviaciones, pero la tendencia es clara. Con independencia de la disponibilidad del agua, hay ganas de incrementar el regadío. Según datos del CREM ─Centro Regional de Estadística de Murcia─, una hectárea de regadío en Murcia vale del orden de 7-8 veces lo que una de secano. No es de extrañar que haya un deseo de los productores de secano en transformar más hectáreas en regadío, con mucha mayor productividad y garantías de producción.
En el documento, se indica que en Murcia el 40% de la superficie cultivada es regadío (60% secano), valores que difieren del 15% de regadío, 85% secano, dado por el CREM; esta discrepancia de valores entre ESYRCE y CREM, ¿lo será también entre la realidad ─a través de las respuestas de los agricultores─ y lo reconocido oficialmente?
Medioambientalmente, el regadío, como toda actividad humana, tiene sus impactos. Cuando se realiza de manera intensiva y sin control, estos impactos se incrementan alocadamente. En lo referente al agua, se ha producido una atroz sobreexplotación de los recursos, al punto que el Segura no desemboca en el mar (salvo esporádicos vertidos en avenidas en el Azud de San Antonio en Guardamar de Segura), la mayor parte de los acuíferos se encuentran sobreexplotados y/o con problemas de calidad (por ejemplo, el acuífero del Campo de Cartagena con altos niveles de nitratos) y, gracias al trasvase Tajo-Segura, se tiene una degradación extrema de la cabecera del Tajo.
Controlar y mitigar los impactos ambientales de las actividades humanas es básico para el desarrollo sostenible. No hacerlo suele estar ligado a la cesión ante un poder económico o político, un lobby; no es por al interés general, sino por la mejora de las ganancias de unos pocos. Es el caso del regadío descontrolado ─con la pasividad y permisividad de la Administración─, en el que los impactos ambientales son sufridos por toda la sociedad (con su consecuente impacto socioeconómico), mientras que la ganancia de la actividad se realiza entre un reducido grupo.
No hay que perder de vista que todo el sector primario (agricultura ─regadío y secano─, ganadería, silvicultura y pesca) apenas representa el 5% del PIB de la Región de Murcia. Como se ha expresado con reiteración en los últimos años, los comercializadores y exportadores murcianos pueden trabajar también con producciones agrícolas de otras provincias españolas. A nivel europeo, hay seguridad alimentaria, con exceso de producción de alimentos. Es decir, no hay que plantear la situación como un mal necesario o inevitable. Una reducción sustancial de la superficie de regadío supondría para Murcia una mejora en la renta media de los asalariados y en las condiciones medioambientales de la región, con reflejo inmediato en otros sectores productivos (¿compensa el regadío las pérdidas sufridas en el sector turístico por la degradación del Mar menor?).
El crecimiento de Murcia no es el aumento continuo de su superficie de regadío, destrozando el entorno aquí y allá para que unos pocos saquen ganancia. Pasa por lo contrario, por adaptarlo a las disponibilidades reales del agua, buscando el desarrollo sostenible. Muchos son los encantos y posibilidades de la Región, que no deben quedar escondidos por el discurso de unos energúmenos que usan el tema del agua para su propio provecho, no del interés general. El primero que debiera tomar nota es el presidente de la Región, en lugar de arrastrarse delante del lobby «como un soldado más» («El presidente de Murcia asegura que acudirá a la manifestación de los regantes en Madrid “como un soldado más”»; Europa Press, 6/3/2018).
