La ciencia organizada es dogmática y sectaria. La técnica, igual. La tecnocracia, más.
Los grandes equipos de profesionales encargados de desarrollar las ideas dominantes, de nada sirven para concebir teorías realmente nuevas. Einstein trabajaba solo.
La realidad nunca es exacta. Solo son exactas las fantasías. Luego las ciencias son fantasías exactas.
La aparición de la ciencia moderna en Occidente en el siglo XVII está en concordancia con la teología de la época.
Napoleón quería buenos artilleros; para ello creó escuelas de ingenieros. A partir de ahí, la manía de las matemáticas invadió toda la enseñanza: ¡una simple escritura taquigráfica para explicar situaciones evidentes! Vicente Roglá explicaba el tensor de entorno solo con palabras y con las manos.
En 1948, Lysenko (célebre biólogo de la Unión Soviética) proclamó que sus observaciones científicas eran exactas, ¡pues habían sido aprobadas por el Partido Comunista y por Stalin! En consecuencia los que se oponían fueron marginados y, a menudo, encarcelados.