El estilo SCRATS: presiones al ministerio, desprecio a los ribereños
«Es humillante para el sector. Y preocupante para el sector. El sector es un sector que se dedica a trabajar y que genera riqueza y bienestar en estas regiones nuestras. Y aparte, digamos, en periodo de máximo riego. Tenemos ahí sus zonas, los granados. Tenemos los cítricos. tenemos todo el arbolado pendiente del agua que ha de llegar sí o sí. Mientras se tienen o no en cuenta las batimetrías, que lo vamos a exigir hasta cansarnos, evidentemente han de enviar ya, ha de aprobar la ministra inmediatamente la autorización de 20 hm³ para agosto y 20 hm³ para septiembre, que de tranquilidad al arbolado de cara al fin de campaña que, como todos sabemos, se produce el 30 de septiembre.
Yo creo que esta semana se producirá esa decisión. Y en esto sí que le soy sincero. Espero. Espero y deseo por el bien de todos, Levante y también del propio Gobierno, que esa decisión sea favorable a la lógica, favorable a trasladar al Levante 40 hm³. Porque ahí arriba, vuelvo a decir, hay 655 hm³. Y todas las actividades vinculadas al mundo del ocio que se desarrollan en los embalses de Entrepeñas y Buendía van a seguir produciéndose con total tranquilidad este verano».(Declaraciones del presidente del SCRATS, recogidas en «Los regantes del Tajo-Segura urgen a Ministerio para la Transición Ecológica un trasvase y creen “humillante” la espera del mismo»; Onda Cero Comunidad Valenciana, 8/8/2018)
La incertidumbre sobre el trasvase autorizado en agosto está haciendo aflorar el «espíritu solidario» del SCRATS que se refleja en estas declaraciones de su presidente, presionando y advirtiendo al ministerio sobre la decisión del trasvase, culminando con un desprecio a los ribereños de Entrepeñas y Buendía. Otra muestra del estilo SCRATS.
Un estilo que empieza por secuestrar a «sus regiones», pretendiendo hacer creer que las ganancias de los regantes del Trasvase es su interés. Su peso en el PIB es pequeño, pero grande es el impacto sobre el deterioro ambiental, como se ha podido comprobar con el destrozo del Mar Menor causado en el fondo por el trasvase Tajo-Segura. Esa ruina, esa pérdida de turismo, ese deterioro de la imagen, es la «riqueza» que genera el Trasvase en sus tierras. También el agotamiento de acuíferos y degradación de los manantiales de cabecera, debido a las medidas para combatir lo que oficialmente se llama «sequía» pero que realmente es una sobreexplotación irracional.
El trasvase Tajo-Segura da beneficio a unos afortunados terratenientes, que pueden adquirir agua a bajo precio, por debajo de los costes. A la vez que está provocando serios daños. Y cuentan con el apoyo incondicional de autoridades y partidos políticos regionales, que se dedican con ahínco a aparentar que están al lado de los regantes. Los poderes regionales a su servicio, sin pudor alguno, llegando a incorporar sangre del Sindicato al Gobierno regional.
Por otra parte, vuelven a poner al arbolado como excusa lastimera, para dar pena. Dando a entender que no ceder a sus intereses supone la muerte de dichos árboles. Pero, si tan crítico es el riego para mantenerlos, ¿por qué no han reservado volúmenes de los meses anteriores? Es como quien se excede en vicios y luego mendiga para llegar a fin de mes.
También se permite dar un aviso de que hacer lo que pide el SCRATS es por el bien «del propio Gobierno». Quien quiera entender, que entienda.
Finalmente se despacha con una muestra de desprecio a los ciudadanos del Tajo en general y especialmente a los de los municipios ribereños de los embalses de cabecera. Cierto es que emplea el adjetivo «tranquilidad», que efectivamente es una cualidad que atesoran ─en demasía─ los ribereños en relación con el trasvase Tajo-Segura. Pero es miserable defender que se puedan realizar «todas las actividades vinculadas al ocio» con Entrepeñas y Buendía ligeramente por encima del 25%. Unos niveles ínfimos en los embalses que se tienen de manera recurrente por la penosa gestión del trasvase Tajo-Segura. Niveles bajos que son intencionadamente buscados para reducir la evaporación y maximizar el volumen trasvasado. Así, el SCRATS además de presionar para arruinar la economía de los municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía, se dedica a meter el dedo en el ojo.
En definitiva, otra muestra más de la bajeza y ruindad del lobby, que exige solidaridad por todos los lados, sin importarle los daños que causa a su alrededor. Una posición que sería intrascendente si los poderes públicos persiguieran honestamente el interés general. Pero esa no es la realidad pues, ya sea por miedo o por convencimiento, estos poderes públicos llevan décadas bailando al son que impone el SCRATS, con Memorándum incluido. ¿Se acabará algún día este despropósito?
Aunque el interés mediático se centre ahora mismo en los trasvases a aprobar para agosto y septiembre, no es ése el auténtico problema. El quid de la cuestión está en realizar una gestión sostenible del recurso, sin manipulaciones de espurios intereses y a salvo de cálculos electorales. Las dudas están en si hay consciencia de la situación en el ministerio y, en el supuesto afirmativo, si hay valor.