La noticia “Avionetas reivindican los caudales del Tajo por las playas de la provincia” (Diario Información, 23/8/2018) sintetiza en su brevedad dos características de la información periodística sobre el trasvase Tajo-Segura: propaganda y desinformación.
Por una parte realiza ante sus lectores una prolongación de la habitual campaña propagandística veraniega del SCRATS. Una campaña que tiene sus costes ─fletar avioneta, regalo de fruta, anuncios en medios afines, etc.─ que son abordados por un Sindicato receptor de ayudas y subvenciones públicas, directas y encubiertas, y que está presionando para recibir más. No deja de ser una propaganda de un interés particular pagada indirectamente por todos los españoles.
El otro aspecto, el de la desinformación, se ve reflejado en el último párrafo de la noticia, en el que el periodista se sale. Hace un reduccionismo del problema a la confrontación entre partidos políticos buenos ─trasvasistas─ y malos ─antitrasvasistas─ presentando un hecho histórico ─mutilación y censura del plan del Tajo─ de manera errónea, tergiversada. Remata con un alegato contra la subida del umbral de no trasvase de 240 a 400 hm³, al que se le culpa del mal funcionamiento del Trasvase. No queremos repetirnos ni aburrir contrargumentando estos dislates; se remite al lector interesado a anteriores entradas de esta web, como pueden ser «Del trasvase Tajo-Segura y sus miserias: irrelevancia del maquillaje frente a la sobrexplotación», «Entrepeñas y Buendía: insuficiencia del umbral mínimo, importancia del valor medio» o «Trasvase Tajo-Segura: el discurso de los 400» en referencia a la escasa importancia de haber subido el umbral mínimo, o a «El trasvase Tajo-Segura, el final de la historia del último gran trasvase en España. Tercera parte – La (no) adaptación del trasvase a la Directiva Marco del Agua» como referencia a la tramitación del plan del Tajo.
Desconocemos si el artículo responde al convencimiento de su autor o si ha sido redactado por encargo o al dictado. En cualquier caso refleja un grave problema, que es la falta de interés que hay en el Sureste por conocer las causas reales del mal funcionamiento del Trasvase. En su lugar se nos insiste en presentar una cutre película entre buenos y malos, pura ficción ajena a la realidad. Un periodismo basado en escribir lo que el lector quiere leer y a cambio el lector asume la línea editorial del periódico. Un periodismo al servicio de intereses creados.
