De la solidaridad selectiva del Gobierno de la Región de Murcia
En la nota de prensa «López Miras resalta 2018 como “el mejor año turístico de la historia de la Región”, con la llegada de más de 5,7 millones de visitantes» (17/1/2019) el Gobierno de la Región de Murcia rinde cuentas de lo bien que ha ido la campaña turística de 2018. Una buena noticia, reflejo de los múltiples atractivos de la región, que además del sol y playa, posee una gran riqueza cultural y artística, además con maravillas en el interior poco conocidas. Hay que dar el mérito que merece a este crecimiento, que muestra una gran fortaleza del turismo de la Región de Murcia. Pues ha sido capaz de superar la degradación del Mar Menor y el desolado espectáculo de los paisajes de campos cubiertos de plásticos, daños colaterales de una avanzada y tecnificada agricultura de vanguardia que rinde beneficios al lobby de regantes del Trasvase, subvenciones aparte.
A su vez, firma un acuerdo con este lobby para recuperar la campaña del «agua para todos», ahora bajo la forma del 40 aniversario del trasvase Tajo-Segura («Acuerdo con el SCRATS para la difusión del logotipo conmemorativo del 40 aniversario del Tajo-Segura»; 16/1/2019). 40 años de un Trasvase que ha colaborado en la degradación del Mar Menor … y que ha supuesto la ruina del Mar de Castilla. Pero como este destrozo no se produce en la Región de Murcia, sino al otro lado del Trasvase, ¿por qué se va a molestar el excelentísimo señor presidente, siquiera, en saber lo que ocurre? No, eso no es productivo para él. La presunta solidaridad, la cooperación, va sólo en un sentido. Hacia la cuenca del Tajo, sólo miseria.
Porque este escenario de bondad del turismo en la Región de Murcia, contrasta con el abandono y degradación de las instalaciones de los municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía. Con embarcaderos abandonados a centenares de metros de donde se encuentra la muy mermada lámina de agua. Embarcaciones que han tenido que migrar, con sus propietarios y usuarios, ante la falta de agua sobre la que navegar. Hoteles, restaurantes, gasolineras, … cerrados y abandonados. Población mermada y envejecida. Consecuencia directa de una gestión insostenible, ruin e irresponsable realizada desde la Administración al capricho del lobby del Trasvase. Que incluso busca vaciar Entrepeñas y Buendía para reducir la evaporación y poder trasvasar más, en línea con la propuesta de un reciente presidente norteamericano que propuso eliminar los bosques para evitar los incendios forestales.
Pero ¿cuál es problema? A fin de cuentas, los perjudicados son castellanos, que ya deben estar acostumbrados. Ahora a agarrar la pancarta y a hacerse fotos. A continuar poniendo las Administraciones Públicas al servicio del lobby. A por los votos.