Una crisis de limones
La noticia «El limón se amarga» (La Verdad, 17/2/2019) alerta que «La rentabilidad del cítrico amarillo se desploma en una campaña que dejará más de 97 500 toneladas sin recoger de los árboles en la Región, el 12%, y que marcará un aterrizaje para el sector tras el ‘boom’ de los últimos seis ejercicios». Una mala situación para los productores, reflejo las debilidades del regadío altamente tecnificado: cuando no hay agua, problemas; cuando la hay, también. Eso sí, que no pare la sobreexplotación del recurso y las exigencias. ¿Cuánta agua se ha sacado de los acuíferos del Segura o esquilmado de la cabecera del Tajo para dejar los limones sin recoger? ¿En esto consiste «el regadío más eficiente del mundo»?
El caso de los limones es algo que se ve venir desde hace años, como se alertaba desde las mismas páginas de La Verdad en 2016 con la noticia/reportaje «La ‘burbuja’ que amenaza al limón». Donde se advierte del crecimiento de producción en Murcia y en el resto de regiones y países productores («millones de toneladas de excedentes en el mundo en 2022 si sigue la tendencia de incremento de la oferta prevista para los próximos siete años»). Pero ¿se ha planteado alguna política racional al respecto? No. Todo lo contrario, se saca pecho, como se puede apreciar en noticias como «El cultivo del limón genera ya más de 700 millones anuales» (La Verdad, 21/3/2017).
Y ahora, ¿qué? ¿A pedir compensaciones? ¿A solicitar más barreras arancelarias para castigar más a los países en vías de desarrollo? Lo que parece claro es que seguirán exigiendo más agua barata y subvencionada, más trasvases, mientras situaciones como éstas se repiten. Una gestión irracional, insostenible, se mire por donde se mire. Pero ¿a quién le importa?