Anda el siniestro lobby del Trasvase Tajo-Segura intentando movilizar a las «fuerzas vivas» para que «reaccionen ante la “amenaza real” al Trasvase» (La Verdad, 7/10/2020). Pero ¿es esto noticia? No es novedad. Es el leitmotiv del lobby desde antes de que se construyera el Trasvase. La noticia será cuando las Administraciones responsables actúen con responsabilidad. Cuando de verdad velen, con lealtad y honestidad en el ejercicio de sus funciones, por el interés general. Y abandonen el paroxismo reincidente por un lobby que solo busca su propio beneficio.
No hay que retroceder mucho en el tiempo para ver cómo estas «fuerzas vivas» se han puesto dócilmente al servicio del lobby. En esta misma década hemos visto a todo un presidente autonómico presumir ufano en la tribuna de su Asamblea regional de que había tumbado los caudales ecológicos en el río Tajo. O como el lobby reunía a las administraciones en un despecho a puerta cerrada en las que firmaron el famoso Memorándum con el que «blindaron» el Tajo-Segura. Un super blindaje que, como ocurrió con el mega tanque Landkreuzer P. 1000 Ratte, lo que ha conseguido es hacerlo más pesado y torpe; los vicios se mantienen, se ensalzan … y el desastre crece y crece.
El servilismo a los intereses del lobby del Trasvase no se limita a las Administraciones, Organismos Públicos y partidos políticos. Entre las «fuerzas vivas» está también el denominado «cuarto poder», los medios de comunicación. El esperpento del Memorándum fue aplaudido, siendo escasas y poco visibles las noticias que denunciaron lo que había detrás. Ya sea por comodidad o convencimiento, la mayoría de los medios asumieron la propaganda trasvasista sin investigarla ni cuestionarla. Conforme la realidad está mostrando que la supuesta «paz del Tajo» no es más que una patraña, el silencio sigue siendo la tónica generalizada. Si hay algún reportaje o informe se busca una pretendida equidad, mediante la cual no se profundizan en los males del Tajo y se presenta al lobby no como instigador y causa del deterioro extremo al que ha llegado el Tajo ─insistimos, con la complicidad activa de las Administraciones─, sino como víctima a la que hay que ayudar y compensar. Un ejemplo reciente de estos publi-reportajes pro lobby lo vemos en «Tajo, cómo matar a un río» (El País, 26/9/2020) donde se despacha al Tajo con cuatro tópicos mal traídos y peor presentados mientras se obvia cualquier referencia a las presiones realizadas desde el lobby. Asumiendo el eslogan de «Un vergel en el desierto» para presentarnos a los regantes del Trasvase como víctimas de sequías, cambio climático y de falta de sensibilidad para que entre todos les paguemos el agua desalada.
Sin embargo hay algo que está cambiando. Tras años de aplicar la política de esconder la basura debajo de la alfombra, el deterioro extremo del Mar Menor no ha podido ocultarse. Ya no cuelan las peroratas del consejero murciano del ramo achacando los males a las cremas solares de los turistas. La sociedad murciana está empezando a darse cuenta de los daños causados por un regadío insostenible. Cierto que es triste que haya estado décadas riendo las gracias al lobby en sus ansias por saquear el Tajo sin mirar las consecuencias para sacar ganancia. Pero al menos está empezando a reaccionar cuando se ve afectada. A pesar de que los servicios de propaganda siguen funcionando, con noticias apocalípticas del estilo «El fin del trasvase Tajo-Segura supondrá la pérdida de 40.000 empleos» (murciadiario.com, 24/9/2020), en la que, con la interesada ayuda de la universidad local, continúan pintando un cuadro idílico de lo conseguido gracias al Trasvase Tajo-Segura.
El Trasvase Tajo-Segura lleva fracasando estrepitosamente más de cuatro décadas. Impidiendo el desarrollo socioeconómico de los ribereños de Entrepeñas y Buendía, con gran impacto ambiental en origen y destino del Trasvase. ¿Qué propone el lobby? Tocar a rebato para movilizar a las «fuerzas vivas» para que eviten que se planteen soluciones y puedan seguir saqueando el Tajo a su antojo, consiguiendo prebendas de todo tipo y conservando privilegios.