Como cada año, el 22 de marzo se celebra el día mundial del agua. Una celebración que, como se recoge en la web de Naciones Unidas, «tiene por objetivo concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el Objetivo de Desarrollo Sostenible No 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030». Este año tiene el tema «Valoremos el agua», para lo que han elaborado un documento o, en terminología de los organizadores una carpeta de material o toolkit, de interesante lectura.
Plantea el documento cinco perspectivas, que enumeramos a continuación
- Valoremos las fuentes de agua: recursos hídricos naturales y ecosistemas.
- Valoremos las infraestructuras hidráulicas: almacenamiento, tratamiento y suministro.
- Valoremos los servicios relacionados con el agua: agua potable, saneamiento y servicios de salud.
- Valoremos el agua como insumo para la producción y la actividad socioeconómica: alimentación y agricultura, energía e industria, empresas y empleo.
- Valoremos los aspectos socioculturales del agua: cualidades recreativas, culturales y espirituales.
Por experiencia de años anteriores, hemos de prepararnos para asistir a todo tipo de discursos y presentaciones empalagosas desde los distintos lobbys del agua, gestores y Administraciones Públicas en los que, apoyados en este lema, pretendan que arrimemos el ascua a sus sardinas. Frente a estas campañas propagandísticas, más o menos orquestadas, siempre nos queda, a título individual, la capacidad de pensar por nosotros mismos y formarnos nuestra propia opinión. Requiere mayor esfuerzo que la adscripción directa a ideologías y eslóganes ya preparados, pero es más reconfortante. Este breve documento de cinco páginas que nos ofrece la organización del Día Mundial del agua es un buen material de reflexión crítica, con puntos sobre los que podemos estar más o menos de acuerdo, pero que invitan a pensar.
Conviene tener claro el ámbito del «día mundial» y, al menos por un día, no limitarnos al localismo ibérico. Entender lo que significa que 3000 millones de personas no tengan acceso digno al agua y saneamiento y, por tanto, la importancia del «Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6: agua y saneamiento para todos de aquí a 2030».