El tocomocho de los caudales ecológicos del Tajo
La plutocracia gobierna el agua
Creíase el río Tajo afortunado. ¡Por fin iba a tener caudales ecológicos! Pero al ir a cobrar el premio, el boleto que tenía era falso. El vocero del Trasvase adelanta en primicia «El Trasvase tendrá un recorte mínimo de agua si el Tajo está en buen estado» (La Verdad, 18/11/2022). Resumen: los caudales del Tajo seguirán siendo los mismos que hasta la fecha con las mismas restricciones de desembalses al Tajo.
Podemos estar decepcionados pero no sorprendidos. En entradas anteriores los intuíamos. Por ejemplo, en Caudales ecológicos en el Tajo. ¿Sí pero no? (23/6/2021), del que recordamos el párrafo final:
El caso es que conforme va avanzando la tramitación del nuevo plan del Tajo, mientras se le adorna de pompa dialéctica, se va limando y reduciendo la propuesta de los caudales ecológicos. Lejos quedan ya los caudales que se aprobaron en el ETI de 2010. Todavía restan varias pasadas de cuchilla para que al final lo que se apruebe sea más parecido a un chiste muy “resiliente” que a una mínima protección del Tajo. Una implantación de caudales ecológicos en el río Tajo que recuerda a la famosa escena [de la parte contratante] de la película «Una noche en la ópera», de los Hermanos Marx.
El engaño se está consumando. De momento solo conocemos un pasquín filtrado a un medio de comunicación. En el que, además de la tropelía de los caudales ecológicos en el Tajo, se esboza que lo van a completar con otras disposiciones pro-ATS. ¿Para qué sirve la planificación hidrológica? ¿Para qué las monsergas de la participación pública? ¿Para qué los discursitos rimbombantes? Las decisiones se toman con la máxima opacidad, en las cloacas de la Administración Pública. El premio final es para el todopoderoso lobby del Trasvase Tajo-Segura. La situación seguirá igual. Es decir, desastrosa. Se consagra la sobreexplotación del Tajo. En Castilla-La Mancha podrán seguir poniéndose medallitas, los trasvasistas podrán seguir lloriqueando y llenándose el bolsillo. Y el Tajo seguirá sufriendo el atropello para que unos privilegiados de otra cuenca saquen ganancia. Es lo que hace más de dos mil años, en la antigua Grecia, definió Jenofonte como Plutocracia, oligarquía en la que los más ricos gobiernan o controlan a la sociedad.