Henry Kissinger, nacido judeoalemán y próximo a cumplir cien años, fue Secretario de Estado de EEUU en los gobiernos de los presidentes Nixon y Ford entre 1969 y 1977. Para unos mereció con justicia recibir el premio Nobel de la Paz en 1973. Para otros ha sido uno de los mayores criminales de la historia, aunque no haya sido posible llevarlo a los tribunales de justicia. Sin duda, ha sido uno de los políticos más influyentes en la configuración del mundo actual. En su último libro publicado, «Orden Mundial» (2016), expone sus ideas de ideología capitalista enemigas del comunismo, propugnado un mundo dirigido por élites políticas, de empresarios, banqueros, aristócratas, militares y propietarias de medios de comunicación.
Kissinger fue uno de los miembros fundadores del Grupo o Club Bilderberg, creado en mayo de 1954, junto con David Rockefeller (de la Fundación Rockefeller), el príncipe Bernardo de Holanda y la Banca Rothschild. Rockefeller declaró que el objeto del Club era «hacer un nudo alrededor de una línea política común entre EEUU y Europa en oposición a Rusia y al comunismo». El Club reúne anualmente a unas 130 personas por invitación, seleccionadas entre las más influyentes del mundo. Sus debates son secretos. Denis Healey, miembro fundador llegó a exponer que «Decir que estamos luchando por un gobierno mundial es exagerado, pero no completamente desacertado (…) creemos que una comunidad única a lo largo del mundo será algo positivo». Los críticos lo consideran «el foco de una gran teoría conspirativa». «Una élite poderosa que está moviendo el planeta hacia un nuevo orden mundial oligárquico». «Los sumos sacerdotes del capitalismo». «Actúan como si fuesen Dios en la Tierra»….
El Club celebró su reunión anual de 2010 en Sitges (Barcelona). Entre los miembros españoles asistentes a reuniones del Club se citan a Cebrián, Entrecanales, Solbes, Ana Botín, Gallardón, Solana, García Margallo, Zapatero (2009 y 2010), la reina Sofía (2010) que dijo que su hijo Felipe había asistido a algunas reuniones del Club, aunque no existe constancia.
En nuestro país, ha aparecido hace poco una nueva edición de una publicación interesante: «Los planes del Club Bilderberg para España. ¿Quién mueve realmente los hilos de la política?« (2021, original de 2015), Cristina Martín Jiménez, Editorial Planeta, aunque no resulta fácil hacerse con esta publicación. Martín Jiménez es autora de la primera publicación aparecida en el mundo sobre el Club: «El Club Bilderberg. Los amos del mundo»(2005). Teniendo cuidado de no dejarse arrastrar excesivamente con la autora por la pendiente conspiranoica, el libro contiene información de gran interés para los aficionados a la «Gran Política».
Los planes del Club Bilderberg para España
¿Quién ha tomado realmente las decisiones políticas más importantes en las últimas cuatro décadas?
Editorial: Booket
Número de páginas: 288
Nos referimos como «Gran Política» a aquella que trata temas en el libro de nuestra autora como la entrevista de Prado y Colón de Carvajal (enviado personal del príncipe Juan Carlos) con Kissinger y su equipo en Washington el 3 de noviembre de 1975, a 17 días de la muerte de Franco, que ya se encontraba en situación irreversible. Como quiera que esta entrevista (como todos los actos del gobierno de los EEUU) se recogió por escrito y ahora está desclasificada (menos algunos párrafos considerados materia sensible) podemos asistir a la petición del entonces príncipe de apoyo a los EEUU al sentirse posiblemente zarandeado por los «poderes fácticos» ante la muerte de Franco. Kissinger, después de la entrevista, comentó con su equipo que había que darle apoyo al futuro rey, para que la situación en España fuera estable, nada de comunismo, y que el país fuera fuerte…pero no demasiado fuerte.
Esta posición de Kissinger nos recuerda lo relatado por Azaña en su conferencia «Tres generaciones en el Ateneo», discurso pronunciado en 1930. Cuenta Azaña que, en la guerra de los comuneros, los nobles apoyaron a Carlos V; querían que ganase el emperador, pero que no ganase demasiado, ni demasiado pronto, con el fin de dar lugar a aumentar su poder y hacienda haciendo valer su ayuda. Volviendo a Kissinger resulta que estuvo molesto con Carrero durante la guerra del Yom Kippur, pues Carrero, a la sazón presidente del gobierno, solo dejó repostar a los aviones americanos en Rota. Dio la casualidad de que Kissinger estuvo en Madrid el día antes del atentado de Carrero y el equipo de veinte agentes de la CIA que registró los alrededores de la embajada donde se hospedó, no detectó el túnel que ETA estaba perforando a 100 m de la embajada. Cuando Franco conoció la noticia exclamó: ¡Han sido los masones! Sabido es que Franco y Carrero sostenían que los enemigos de España eran cuatro (por su orden): comunismo, masonería, capitalismo y la necedad de algunos españoles que criticaban al régimen.
También, gracias a los papeles desclasificados por Washington, nos enteramos gracias al libro antes citado que Prado le contó a Kissinger que Giscard (presidente de Francia, que había tomado a su cargo el «apadrinamiento» del futuro monarca), le había dicho al futuro rey que en los primeros tiempos de su reinado era conveniente celebrar un referéndum sobre monarquía o republica a fin legitimar el reinado. Kissinger preguntó a Prado si la opinión pública española estaba mayoritariamente a favor de la monarquía. Ante las dudas de Prado, Kissinger se opuso radicalmente a su celebración, indicando que un referéndum solo se debe convocar cuando se esté absolutamente seguro de ganarlo. Años después, en 2014, cuando abdicó el rey Juan Carlos, hubo manifestaciones pidiendo también un referéndum. Los poderes fácticos y mediáticos hicieron desaparecer el tema de la agenda política.
Volvamos al libro de Cristina Martín Jiménez. Como ejemplo de su contenido, dice en la página 198 y siguientes:
«Tras la crisis económica global, las desigualdades dentro de los países se han disparado, siendo la clase trabajadora la más afectada. La clase media es el factor clave para la buena salud de la democracia, pero, al verse salvajemente atacada, comenzó a desligar los conceptos de democracia y desarrollo económico y a buscar en otro tipo de sistemas o de líderes la seguridad que necesitaban. En algunos países esta desafección ha desembocado en la autocracia y la proliferación de partidos extremistas de izquierda y de derecha, como se ha visto en las elecciones griegas y con la aparición de los partidos surgidos en el 15-M.
Es decir, no se puede exportar la democracia de laboratorio como se exportan los pantalones o los coches.
LA REVUELTA DE LA CLASE MEDIA (*)
La agenda de la reunión Bilderberg 2014 llevaba como punto de debate «El futuro de la democracia y la trampa de la clase media», lo que deja patente su preocupación hacia un fenómeno muy real que afecta a las democracias occidentales que ellos han ayudado a construir, así como a las democracias de la última etapa.
La democracia en España pudo desarrollarse gracias a la clase media, que ha sido su pilar fundamental desde los últimos años del franquismo, cuando ya reclamaba ese modelo para España. Franco dijo que una de sus herencias, de las que más orgulloso se sentía, era haber creado una clase media en el país. Sin embargo, el que haya sido el bastión más perjudicado en la crisis global no sale gratis. En España nos encontramos con una clase media muy enfadada y crítica con el sistema, que se siente traicionada, pues, después de haber cargado con todo el peso de la recuperación sobre sus hombros, descubre sucesivos casos de corruptos que han robado su dinero –nuestro dinero– mientras perdíamos los puestos de trabajo y descendían los salarios y la capacidad adquisitiva. ¿Cómo seguir confiando en un sistema que le ha dado la espalda al grupo que más le ha apoyado y sobre el que realmente se sostiene? Es la paradoja que hoy sobrevuela sobre las elecciones españolas.
La clase media es el sector que más presionó en los años setenta para que se lograra la apertura del régimen franquista, exigiendo mayores libertades individuales así como la liberización de la economía, de la prensa, de las leyes, etc. El proceso desembocó en la aprobación de la Constitución de 1978, pero hoy su crítica sobre el resultado del asunto democratizador es el factor más determinante sobre el descredito actual de un sistema político que ha permitido casos de corrupción que han escandalizado a todos los españoles de bien, al pueblo real, a las bases de la comunidad. El descrédito y la falta de apoyo de las nuevas y jóvenes clases medias españolas ponen en peligro la continuación del sistema basado en esa idea lanzada desde Washington, que, como dijimos, relacionaba democracia con crecimiento económico.
Kurlantzick señala que en otros países la situación no solo ha empeorado para las clases media, sino que se ha agravado con la llegada de líderes populistas cuya estrategia ha consistido en beneficiar a las clases más pobres perjudicando al resto. Así han conseguido los votos necesarios para llegar al poder y, desde allí, restaurar un sistema con muchas pinceladas autocráticas.
Además de la Venezuela de Hugo Chávez (hoy la de Nicolás Maduro), el autor señala la situación de Filipinas. Según expone en su libro, en la antigua colonia española, la clase media urbana ha pasado de liderar la batalla por la instauración de la democracia a liderar la lucha por lo que identifica como democracia, es decir, el resultado del régimen que llegó impulsado desde Washington y que iba a solucionar todos los problemas del país. Ante los resultados, parece que hoy la clase madia antepone crecimiento sobre libertad, y estabilidad sobre cambio. ¿Es la consecuencia esperada por David Rockefeller y la camarilla de Rothschild, Morgan, Harriman, Khun Loeb, Lazard, Schiff, Warburgs …? Recordemos lo que el alma del Club Bilderberg dijo en la ONU no hace mucho tiempo, en 1994, en una cena de embajadores: «Estamos al borde de una transformación global. Todo lo que necesitamos es la gran crisis correcta y el mundo aceptará el Nuevo Orden Mundial». ¿Es la dirección a la que se encamina España debida al hartazgo ante el devenir de su sistema? ¿A pedir de rodillas el NOM a cambio de estabilidad, economía y paz? ¿O a ignorarlos y no acudir a las urnas por el hartazgo y las mentiras que ha tenido que soportar?
En Filipinas, el sistema en el que ha desembocado la democracia del nuevo orden ni promueve el Estado de derecho ni protege a las minorías ni las libertades individuales. Para el autor, se trata de democracias defectuosas cuyos frutos no son los esperados. La permanencia en el poder de este tipo de dirigentes ha generado una clase media enfadada, desesperada y propensa a utilizar tácticas extremas, desde golpes de Estado a revueltas violentas. En muchas ocasiones, esta lucha lleva, además, a recuperar el papel de los militares en la política como fuerza legítima con la que restaurar el orden.»
Llegados aquí conviene recordar que la expresión «Nuevo Orden Mundial» tan en boga en los ambientes de los clubs elitistas y en los sótanos conspirativos, procede de los catorce puntos anunciados por el presidente de los EEUU Woodrow Wilson al final de la I Guerra Mundial, que dieron lugar a la creación de la Sociedad de Naciones. Después la expresión fue recogida al final de la II Guerra Mundial en la creación de la ONU y los acuerdos de Breton Woods. También en la negociación entra Bush y Gorbachov que puso fin a la Guerra Fría (y a la implosión de la URSS). Finalmente resultó un término muy del gusto de Kissinger y Bilderberg, así como de la teoría de la conspiración.
El Club Bilderberg no está solo en sus misiones. Se encuentra acompañado por otras organizaciones elitistas que comparten total o parcialmente sus objetivos. Las mencionaremos sin ánimo de profundizar en ellas.
EL FORO ECONÓMICO MUNDIAL (FORO DE DAVOS)
Se trata de una organización no gubernamental internacional fundada en 1971. En Davos (Suiza) se reúnen anualmente líderes empresariales, líderes políticos internacionales, periodistas e intelectuales selectos. Analizan problemas mundiales, incluyendo salud y medio ambiente. El Foro aboga por un mundo globalizado gobernado por una coalición de corporaciones multinacionales, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil en lugar de estructuras democráticas clásicas. En 2009 asistieron a la reunión anual 2500 participantes de 91 países, estando presentes 40 jefes de Estado o de Gobierno. Está financiado por unas 1000 grandes empresas multinacionales que tienen facturación superior a 5000 millones de euros anuales.
LA COMISIÓN TRILATERAL
Fundada en 1973 a iniciativa de David Rockefeller (nombre que aparece en otras organizaciones de este tipo como Bildergerg y CFR). Está formada por tres zonas capitalistas: Norteamérica, Europa y Asia-Pacífico. Se originó en Bilderberg en 1972 para incluir a Japón. Entre los participantes puede nombrarse a Bush padre, Carter, Clinton, Kissinger, Antonio Garrigues Walker, Villalonga, Ferrer Salat, Cerón, Emilio Ybarra, Boada, Segurado, Jaime Carvajal, Aguirre (duque consorte de Alba), Ana Botín, Castellanos, Alberto Cortina, Fanjul, Matutes, Polanco, Solana, Borja Prado, etc.
COUNCIL ON FOREIGN RELATIONS (CFR)
Fundado en 1921 en EEUU, es un think tank sin ánimo de lucro. Su campo es la política exterior y las relaciones internacionales. Tiene unos 5100 miembros, incluyendo una decena de secretarios de Estado, directores de la CIA, banqueros, abogados, profesores y figuras mediáticas. Promueve la globalización, el libre comercio, supresión de regulaciones, corporaciones supranacionales, etc. Es partidaria de la consolidación económica en bloque regionales, como la NAFTA o la UE. Tiene el programa de estudios «David Rockefeller».
Además de los citados, podría extenderse la relación a otras instituciones como RAND, con contratos con el Pentágono, que contribuyó al desarrollo de Internet e investiga temas de inteligencia artificial, BROOKINGS…. Puestos a incluir también se cita a asociaciones de gobiernos como el G7, G8, G20, ONU, OTAN, la Troika (UE, BCE, FMI), …
(*) Para no dejar conceptos difuminados como el de «clases», podemos indicar que ahora parece haber un consenso entre los tratadistas de los temas de la desigualdad socioeconómica acerca de considerar la clase de los ricos como aquella cuyas rentas (o riqueza) comprenden el 10 por ciento más alto. Y clase baja los que tienen ingresos (o riqueza) del 50 por ciento más bajo. En consecuencia, la clase media incluye a los ciudadanos comprendidos entre los 10 por ciento de los más ricos y el 50 por ciento más pobre. Aunque no es este el lugar para explayarnos en el tema, con el fin de fijar una idea de lo que se habla, recordaremos que, en España, en 2021, el 10 por ciento de los más ricos poseen el 57,6 por ciento de la riqueza del país (bienes y activos), mientras que el 50 por ciento de los más pobres poseen tan solo el 6,7 por ciento de la riqueza nacional. La renta sigue un patrón análogo, aunque menos severo. De los países occidentales, EEUU, Brasil, Gran Bretaña y Alemania presenten desigualdades algo mayores o claramente mayores que en España. Lo que no he podido constatar es si el Club Bilderberg y los otros se ocupen o preocupen por la concentración creciente de rentas y riqueza en el 10 por ciento de los ricos o, más aun, en el 1 por ciento de los muy ricos, en el 0,1 por ciento de los ultrarricos, en el 0,01 por ciento….