¿Viven los centros públicos de investigación y las Universidades de espaldas a la Sociedad? ¿Se han convertido en un mero refugio de sabios? Son críticas que, con diversas intenciones, se vierten sobre estos templos del conocimiento. Ya sean realizadas desde el resentimiento o por simple envidia. Algo que, al menos en lo referente al mundo del agua, carece de fundamento. Como estamos viendo en los últimos años, son cada vez más los ilustrados que se exponen a la luz pública para defender y apoyar unos determinados intereses llenos de fervor y de entusiasmo. Son conscientes de que el mundo está cambiando. Que ya no se valora tanto el rigor de las demostraciones aburridas como la inmediatez del mensaje. Publicaciones concienzudas poco tienen que hacer ante tweets efectivos. Apoyan a los grupos de interés que, en contrapartida, les compensan económicamente. ¿Acaso no viste mas un mensaje si se envuelve con un experto? O cuando se dice que tal interés particular está avalado por el estudio de una Universidad, ¿quién lo pone en duda? Es un ecosistema simbiótico de ganancia mutua, que merece la pena ser potenciado.

Una necesidad de potenciación que es percibida por el eminente Dr. Sazebac, pionero en estas colaboraciones, en arropar con tecnicismos y solvente facundia lo que quieren exponer los grupos de presión que reclaman sus servicios. Así, se ha puesto manos a la obra. Gracias a su impulso, en breve se anunciará la creación de la Red de Eruditos y Profesores Universitarios pro Lobbies y Sindicatos de Aguaprovechados (R.E.P.U.L.S.A.). Una Red que viene a cubrir las necesidades de diversos stakeholders del negocio del agua que encuentran provechoso vestir sus discursos con pretenciosas jerigonzas.

Nos hemos puesto en contacto con el propio Dr. Sazebac, así como con otros profesionales que han mostrado su interés en adherirse a esta red, si bien prefieren permanecer en el anonimato hasta que se materialice oficialmente. Eso sí, en privado no ocultan su entusiasmo. Ya han podido comprobar en primera persona como el ponerse al servicio de estos lobbies les reporta beneficios económicos mientras que tampoco requiere de un gran esfuerzo técnico. A fin de cuentas, lo que tienen que decir queda claro en cada encargo que reciben. Sólo tienen que darle la forma adecuada. No tienen que estar perdiendo tiempo en investigaciones, revisiones, refutaciones, falsaciones y demás exquisiteces en las que se fijan los tiquismiquis académicos. Eso se lo ahorran. Pueden enfocarse directamente en el mensaje, sin más distracciones. Incluso pueden reutilizar material anterior, ya sea propio o prestado, y presentarlo como original. No sólo no está mal visto, sino que es apreciado por quienes les contratan porque evidencia una continuidad doctrinal, sin fisuras.

Aquí no terminan las ventajas creativas. Son varios los autores que ven estas colaboraciones como una vía para explorar la anti-ciencia, descubrir el potencial que tiene el aprovechamiento máximo de las falacias formales e informales. Por ejemplo, así lo han realizado en la pléyade de estudios y trabajos que han realizado para defender el Trasvase Tajo-Segura por encargo de los interesados ante la implantación de caudales ecológicos en el Tajo conforme marca la Ley, en consonancia con las Sentencias del Tribunal Supremo. Han podido aplicar con gran soltura la falacia de la afirmación del consecuente al describir todo tipo de catastróficas consecuencias. Se pueden dar por asumidas las ventajas del Trasvase. Y exagerarlas todo lo que sea menester sin preocuparse por hacer el ridículo. Se puede sesgar sin escrúpulos los análisis, centrándose en los que les viene bien para apoyar sus conclusiones, escondiendo lo que pueda contravenirles. En definitiva, pueden dar la vuelta al calcetín e invertir la finalidad de las refutaciones sofísticas aristotélicas para poder magnificar sus postulados. A fin de cuentas, lo que se busca es el impacto y que este apadrinado por un experto, sabio, institución o Universidad. La veracidad o rigor científico de estos estudios es irrelevante, incluso contraproducente.

Además, participar en estos estudios da visibilidad, pues son presentados en giras de jornadas y actos, como si fueran estrellas (o estrellados) del rock. Dinero y fama. Algo muy apetitoso, que ha de estar protegido de advenedizos y aficionados. De ahí la necesidad y, por qué no decirlo, urgencia, de crear REPULSA. Una red de miembros selectos, de elegidos, que sean los que puedan dar el servicio que demandan los lobbies del agua. Un sello de calidad sólo al alcance de los miembros de REPULSA, los auténticos REPULSivos. Quienes acepten sin condiciones los principios de la red expresados en su manifiesto fundacional, a cuyo borrador hemos podido acceder y dejamos, como absoluta primicia, en este enlace.

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