Un clásico es que los regantes salgan pidiendo más embalses. Con cualquier excusa. Ahora toca el cambio climático. Pero ¿para qué mas embalses en España?

En contra de lo que parecen creer algunos, los embalses no generan agua. Son almacenes para regular el recurso, no fábricas. Pudiera entenderse que es preciso ampliar los almacenes si estuvieran saturados. Pero no es el caso, más bien el contrario. Como se puede ver en las siguientes gráficas, elaboradas a partir de los datos históricos de volúmenes de embalse del Boletín Hidrológico semanal del MITECO. Primero, el nivel de llenado medio de los embalses:

Las grandes cuencas del sur de la España peninsular tienen unos niveles medios de llenado bajos. Su evolución se aprecia en el siguiente gráfico:

Los almacenes de agua ─embalses─ están más vacíos que llenos, especialmente en las zonas en las que se demanda más agua para regadío. ¿Qué sentido tienen entonces aumentar la capacidad de embalse? Máxime cuando no se quiere aceptar el peaje de la evaporación. Recordemos que los lumbreras que marcan la gestión del agua buscan intencionadamente secar los embalses para evitarla, como se hace en Entrepeñas y Buendía y en otros sitios. Todo esto sin entrar en la dificultad de justificar la viabilidad social, económica y ambiental de nuevos embalses.

El caso es que entre voxbadas diversas y el gatillazo de la transición ecológica con la planificación hidrológica no extraña que broten propuestas descabelladas. Lo que sea con tal de no afrontar los problemas, de no adaptar la gestión del agua a los retos reales. ¿Hay conciencia de lo que realmente significa el cambio climático? ¿O sólo se usa para decir cursiladas, milongas y, como en este caso, despropósitos?