«Y es en España, precisamente en España, país tradicional y eminentemente agrícola y ganadero, donde ese radicalismo vestido de falsa ecología campa a sus anchas (…)»
Para conmemorar el 44 aniversario de la llegada del agua del Tajo al Segura, el presidente del SCRATS nos obsequia con un artículo, llámese de opinión o de quejas lastimeras. No tenemos interés en analizar, comentar o aburrir con el referido artículo, pero sí nos ha llamado la atención una afirmación contundente que realiza: España es un país eminentemente agrícola y ganadero. ¿En qué se basará para esta afirmación? Por los empleos generados no parece, pues la agricultura es, con diferencia, el sector que menos pesa en el reparto del empleo, con un 3,8%, según los resultados de la última encuesta de población activa publicada:
Tampoco puede decirse que sea por su peso en el PIB, pues vuelve a ser el sector que menos aporta, con un 2,6% (datos del avance de 2021 del INE):
A su vez, el hecho de que el porcentaje de empleados en el sector sea mayor que el reparto en el PIB refleja que la contribución por empleado de la agricultura al PIB se encuentra por debajo de la media.
Así, no sé nos ocurre en qué indicador puede basarse el presidente del SCRATS para afirmar que España es un país eminentemente agrícola y ganadero. Puede que sólo es lo que le gustaría que fuera. O bien, simplemente, que quiera mantener el discurso de Costa de hace más de un siglo, cuando esa afirmación pudiera tener sentido.
Actualmente, el peso de la agricultura y ganadería es mínimo, tanto en la economía como en la sociedad españolas. Es la realidad, aunque desde el trasvasismo se intente ocultar. Si bien es cierto que les funciona. Prensa y políticos les ríen las gracias, mientras que nuestra gestión del agua está orientada a complacerles, no a hacer las cosas bien. ¿Pensarán también en la Dirección General del Agua y en el CEDEX que España es un país eminentemente agrícola y ganadero, con lo que creen justificados sus despropósitos?