Veracidad y precisión. Independencia. Imparcialidad y equidad. Humanidad. Responsabilidad. Transparencia. Es ilusorio creer que se van a encontrar en la prensa levantina y murciana estos principios del periodismo cuando se trata sobre el Trasvase Tajo-Segura. Puede que sea por convencimiento, desconocimiento o simple gusto por la manipulación. Pero el estilo de la noticia que publica la edición del diario ABC de la Comunidad Valenciana es algo que ni siquiera extraña, a pesar de la colección de despropósitos que contiene.

Con un estilo de rancio sensacionalismo, enmarañado con una mezcla de conceptos sin sentido, el plumilla compara el deseo de mantener una lámina de agua en los embalses que permita su aprovechamiento turístico con el agua que se trasvasa al Levante. Es decir, confunde stock con flujo. Pero no sólo eso, defiende también que lo normal es que Entrepeñas y Buendía estén secos, sin hacer la mínima reflexión sobre la sobreexplotación inducida por la pésima gestión del Trasvase Tajo-Segura.

Presenta como algo malvado que los municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía pretendan desarrollarse económicamente aprovechando sus recursos. Asume que la prioridad como cuenca cedente es sólo para decorar leyes, no para aplicarlo en la práctica. E ignora que realmente la propuesta de mantener un volumen mínimo en Entrepeñas y Buendía de 1000 hm³ no está relacionada con que se trasvase más o menos, sino con buscar una gestión racional de los embalses. Así lo ha defendido la Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía en diversas ocasiones. Recientemente han colaborado con la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss en una propuesta de modificación de las reglas de explotación (vid Actualización de las Reglas de Explotación. Propuesta de la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss) en la la que plantean “un cambio de estrategia para gestionar Entrepeñas y Buendía de una manera racional, sin forzar su sobreexplotación, aprovechando su gran capacidad para hacer una regulación eficiente, garantizando su uso por industrias del ocio y del turismo”.

Es información pública y abierta que el periodista ha ignorado. ¿Para qué documentarse al escribir? Eso parece no ser necesario. Basta con juntar letras para hacer sensacionalismo y seguir unas consignas preestablecidas para manipular y forjar opiniones deformadas en los lectores, manteniéndoles en una completa desinformación de los asuntos que se tratan.

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