«Con varios ademanes horrorosos
los montes de parir dieron señales;
consintieron los hombres temerosos
ver nacer los abortos más fatales.
Después que con bramidos espantosos
infundieron pavor a los mortales.
Estos montes, que al mundo estremecieron,
un ratoncillo fue lo que parieron.
Hay autores que en voces misteriosas,
estilo fanfarrón y campanudo,
nos anuncian ideas portentosas.
Pero suele a menudo
ser el gran parto de su pensamiento,
después de tanto ruido, sólo viento»(«El parto de los montes», fábula de Esopo)
Para la ministra del tránsito ecológico, el agua es un añadido que han colado en su cartera. Los discursos sobre el cambio climático y los gases de efecto invernadero le quedan redondos, con el añadido de ser un tema que a todos ha de preocuparnos. Pero con el agua, ¡ay! Hay muchos intereses creados, que están por encima de ideologías y programas de Gobierno.
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