Las Tablas de Daimiel: un humedal en llamas.
En 1986 el país padecía ─una vez más─ una prolongada sequía. El día 6 de septiembre el telediario de la tarde abrió con el titular: «Arde la zona húmeda de Las Tablas de Daimiel». Dejando aparte el contrasentido del título, resultaba que el presidente del Parque Nacional de Doñana era Alfonso Guerra, también vicepresidente del Gobierno. El tema del incendio tomó el cariz de asunto de «gobierno», sobre todo porque enseguida hubo voces críticas pidiendo la «descatalogación» de dicha zona del Convenio de Ramsar sobre humedales de importancia internacional, en la que Las Tablas figuraban entre los cuatro espacios españoles de categoría A junto a Doñana, Delta del Ebro y Albufera de Valencia. Rápidamente el vicepresidente ordenó que se hiciese un estudio sobre posibles soluciones para evitar la pérdida de prestigio internacional que acarrearía la descatalogación.