El gran error ha consistido en incluir en la trasposición, junto al texto original europeo de la Directiva, la tradicional (y fracasada) legislación española sobre la planificación hidrológica con destino a riegos. Junto a esta decisión inicial de impulso «soberano», el matador fue el Centro Hidrográfico del CEDEX. Las líneas que siguen se limitan a desarrollar estos asertos. Vayamos por partes.
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Resulta sorprendente que nos sorprenda una nueva sequía (I)
Pues señores, ahora viene a resultar que nuestros medios de comunicación (antes prensa) echan las campanas al vuelo advirtiendo de lo poco que llueve en lo que llevamos de año y lo bajas que están las reservas de nuestros embalses (con suelos cuarteados y calaveras de cabeza de vaca). Y esto, al parecer, nos sorprende. Pero ¿no habíamos quedado hace ya bastante años, por lo menos desde Lucas Mallada y «los males de la patria», que en España llueve poco y hay poca sangre aria? Y que las sequías son recurrentes y consustanciales a nuestro agradable clima mediterráneo. ¡Pues entonces…! ¿No será que la sequía nos ha vuelto a coger en paños menores (antes bragas)? Para ello ─adelantemos─, nada que decir respecto a las precipitaciones, pero, en cambio, bastante qué decir de la gestión de nuestros embalses, lo que podíamos llamar «sequía gestionada».
Seguir leyendo Resulta sorprendente que nos sorprenda una nueva sequía (I)Principios y objetivos para un plan hidrológico del Tajo: propuestas en el marco de una nueva (moderna) visión del agua
Principios.
- Transición ecológica, entendida en este caso como la protección, conservación y mejora de los espacios del agua, del recurso hídrico y de los ecosistemas relacionados, tanto en las cabeceras de los ríos como en los cursos principales regulados.
- Atención a las necesidades sociales (abastecimientos urbanos), usos económicos (hidroeléctricos e industriales), producción de alimentos (riegos con adecuada rentabilidad económica, social y ambiental) y usos deportivos, recreativos, terapéuticos, reserva, legado, etc. Todo ello dentro del marco del cambio climático y la sostenibilidad ambiental.
- Reto demográfico, con sostenimiento de las actividades en las áreas vacías/vaciadas, (residenciales, deportivas y recreativas). Aprovechar la utilización de residencias intermedias y secundarias por las posibilidades del teletrabajo para revitalizar las áreas vaciadas.
- El Plan hidrológico de la cuenca del Tajo se tiene que elaborar sobre la base de sus propios recursos. No tiene, en principio, nada que ver con el Trasvase Tajo-Segura. La Ley 21/1971, de 19 de junio, en su Preámbulo establece: «En primer lugar y para mayor garantía de los distintos usuarios de la cuenca del Tajo, que no han de ver mermadas sus posibilidades de desarrollo por la escasez de recursos hidráulicos como consecuencia del trasvase». Por consiguiente, la cuenca del Tajo ha de establecer la planificación de sus necesidades de todo tipo en relación con sus propios recursos; los excedentes son los sobrantes (según el Diccionario de la Real Academia Española), que hubiere o pudiere haber en cada momento y circunstancia. Máxime teniendo en cuenta que la cuenca del Segura cuenta con recursos alternativos (desalación de agua del mar) para subvenir al exceso de sus necesidades respecto a los recursos propios, como se hace en Almería. El principio de solidaridad debe establecerse respecto a los ciudadanos y no a los recursos naturales de cada territorio.
Cinco postureos sobre los planes hidrológicos de cuenca
A finales de septiembre me encontraba desarbolada, con el manantial de las ideas y el ánimo en pronunciado estiaje, así como con algún disgusto en mi matrimonio. Me acordé de que mi antiguo profesor y jefe, Gregorio Villegas, cumplía años (muchos) por estas fechas, el día de la Merced. Le llamé a su residencia de Albacete y le pregunté que cómo iba a pasar su cumpleaños. Me contestó desabrido que hacía años que había decidido no celebrar ni cumpleaños, ni santos, ni leches. Ni corta ni perezosa le propuse que podía yo ir a Albacete a pasar el día con él con tal de que me invitase a comer y me contase algo acerca de la planificación hidrológica, tema que sabía le había apasionado en el pasado. No le pareció mal, pues creo yo que hace años me miraba con algo más que simpatía profesional…, cosas que notamos enseguida las mujeres.
Seguir leyendo Cinco postureos sobre los planes hidrológicos de cuencaEl encumbramiento de la planificación del agua (Lost in transition?)
El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico ha tenido un par de «hechos relevantes» en los últimos días: el proyecto de «Real Decreto por el que se desarrolla la estructura orgánica básica» (la pedrea, en el argot funcionarial interno), y el borrador 04/05/2020 del «Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) 2021-2030, para construir un país más resiliente a los impactos del cambio climático». De estos hechos solo nos fijaremos ahora en el agua, y, dentro de su mundo, en el papel preeminente que está adquiriendo la planificación, entendida con los calificativos que se quiera. Adelantemos, con un fuerte subrayado, que algo parece estar cambiando, pues ya no se trata de una planificación de obras hidráulicas para el desarrollo del regadío, sino de otras cosas.
Seguir leyendo El encumbramiento de la planificación del agua (Lost in transition?)Los planes hidrológicos: la irresponsabilidad organizada
«Cuando tras un siglo de grandes obras hidráulicas promovidas por el Estado no se ha conseguido satisfacer las exigencias de agua de la población, ni erradicar los efectos nocivos de la sequía, pero sí deteriorar gravemente los ecosistemas acuáticos y la hidrología superficial y subterránea del país, deberíamos reflexionar sobre los efectos colaterales perversos que conlleva el camino de gestión adoptado, a fin de corregirlos en vez de persistir en ellos. El continuado empeño en resolver situaciones de carencia a golpe de obras (de oferta) contribuyó a expandir la escasez socialmente provocada, originando una espiral de insatisfacción y deterioro que todavía se encuentra en expansión. En efecto, al alimentar con cargo al presupuesto del Estado una política de obras hidráulicas de oferta de agua a bajo precio, se promovieron implícitamente prácticas de gestión y usos del agua muy dispendiosos, sin que las administraciones responsables de su gestión trataran de ponerle coto, ya que, dando por buenos estilos de vida y actividades cada vez más exigentes en agua, se generaban nuevas escaseces que justificaban a su vez nuevas inversiones, obras y negocios en su área de competencias.
(…) Este proceder irresponsable ha convertido los planes hidrológicos en un instrumento para que los usuarios potenciales de cada cuenca pidan al Estado que haga las obras necesarias para concederles nuevos caudales, sin el necesario freno de especificar su compromiso de pagar los costes de realización y de preocuparse por los daños sociales y ambientales que pudieran ocasionar. Esto ocurrió con el proyecto de Plan Hidrológico Nacional (PHN) propuesto en 1993 y ha seguido ocurriendo con el PHN 2000. Los planes de cuenca tendieron a inflar en ambos casos los horizontes de demanda y déficits consiguientes que resultaban de dar rienda suelta a los deseos emitidos por políticos y demás representantes de los beneficiarios locales, entrando en una negociación viciada desde el origen, en la que se mezclan confusamente límites presupuestarios, consideraciones técnicas y forcejeos políticos. En vez de iniciar su razonamiento tratando de adaptar los usos a las disponibilidades de agua que podrían desviarse del ciclo hidrológico sin ocasionar graves deterioros ecológicos y costes económicos, la planificación hidráulica ha venido razonando a partir de unas demandas cada vez más infladas, para proyectar después las inversiones necesarias para abastecerlas, sin reparar en costes ni consecuencias».
Pensamos que la extensa cita, procedente del libro «Ideas y propuestas para una nueva política del agua en España» (2004), de Antonio Estevan y José Manuel Naredo (Fundación Nueva Cultura del Agua y Editorial Bakeaz), nos releva ─con este texto claro y conciso─ de explayarnos sobre el tema. Concluía Antonio Estevan, ya fallecido, que la política del agua en nuestro país podría resumirse en una magnificación de los recursos y las demandas y una minusvaloración de los costes.
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